El lunes 1º de septiembre fui con mi mamá y mi tía Alicia a ver "al Pino".
Fuimos por azar no creo, por destino quizás, justo para el día del cumpleaños de "Eduardo", otro hermano de mi madre, que ya no está entre nosotros y que era así como El Pino...... un ser especial.
Al Pinito ensoñado, lo conozco desde que volvi a Chile (1987), al tio alto, enorme de alto, un poco vizco pero de un corazón amplio como los lugares que ha visitado, como los pensamientos por los que divaga cuando uno cree que te escucha y mas bien esta volando por otras latitudes.
Nos re encontramos cuando estaba casado con mi tía adorada e idolatrada "Sara", una de las mujeres mas bellas (por dentro y fuera) que he conocido en este pais. Junto a ellos pase momentos demasiado entrete tanto en su casa de Reñaca como después en Ritoque, donde de tanto en tanto me les dejaba caer, para formar parte absoluta de sus actividades cual si fuera un adorno de la casa que los contemplaba.
Mientras el Pino se marchaba cada mañana a trabajar a la Faculta de Arquitectura de la UC de Valparaiso, la Sara y yo nos quedabamos en casa, desayunando largo, tendido y chachariado. Después simplemente, me entregaba a las actividades que tenia que realizar durante el dia. Y la de aventuras que teniamos, las confesiones que nos haciamos, las conversas profundas que nos pegabamos, los pecaditos que nos dabamos.
Y al llegar la tarde, llegaba nuestro adorado Pino.
Al que escuchabamos hablar de tanto en tanto y siempre, siempre sobre el sol que le estaba dando a las camelias o el que le faltaba a sus cactus. Y después los tres nos sumiamos en nuestros silencios personales y era justamente en esos momentos, en los que me sentia tan parte de ellos, de cada uno de ellos, tan unidos a pesar de callados, tan confabulados, tan sincerados, conversados.
Y es que el Pino es adorable, con esa facha que tiene tan alta, con su mirada lejana, siempre perdida en alguna estratosfera, siempre volando por algun mundo maravilloso, seguramente ideando viajes espectaculares, pensando, pensando, pensando.
Y calido a la manera Sanchez, que es un poco torpe, un poco que te meten los dedos en los ojos, un poco que los cariñitos son como palmaditas, un poco asi y siempre afectuosos, preocupados, interesados en saber de uno, en qué esta, si esta, si es contento, si es simplemente.
Con esa mirada atenta.
Y será porque uno los tuvo tan poco tiempo, porque finalmente todos somos parte de todos, todos tenemos pedacitos de cada uno y que de pronto, despues de tanto tiempo sin conocerse, de verse, te re encuentras y te reconoces en otros, en actitudes, en maneras, en formas, en gustos y te sientes tan proximo, tan perteneciente y en el caso del Pino, sin necesidad o sin tema especifico del cual haber hablado largas horas, lo siento y lo quiero tanto y lo comprendo y lo entiendo y me gusta todo lo que hace y la pasion que le pone a sus trabajos, sus proyectos y las historias maravillosas de sus viajes y no necesito mas y solo quiero que este bien, que dure muchos años mas en este mundo para que siga gozando tanto, tanto como hasta ahora.
Y esta semana cuando lo vi y lo deje todo para ir a verle, porque queria verle, tenia tanta urgencia de hacerlo, de estar ahi, de mirarlo mucho rato, de hacerle todos los cariños posibles, de abrazarlo, de darle muchos besos.
Y fue una mañana maravillosa y de pronto me reconcilie con esa cosa tonta que habia tenido porque se hubiera casado con la Carmen Luz, despues de muerta la Sara, mi amada y adorada Sara........ pero al ver a la Carmen Luz tan cerca de él, tan preocupada por él senti que si ella no estuviera presente, la existencia de Pino ahora, seria mucho peor.
La Sara va a ser siempre la Sara y la vamos a querer todos eternamente y siempre será el recuerdo de mi tia consentida, adorada, idolatrada, hermosa, delicada, femenina, sincera, simpatica, dicharachera..... pero es rico que el Pino este acompañado y querido por alguien como la Carmen Luz que es una linda mujer, una mujer buena, generosa, amorosa.
Y quisiera controlar el tiempo para poder entregarle todo, todo, todo el teimpo del mundo a mi querido Pinito, para que haga mil viajes mas, para que invente mejores cosas para Valparaiso, para que viva en su amado Ritoque mucho tiempo, que goce de ese aire maravilloso y limpio, que contemple todas las mañanas el mar, el oceano, el horizonte y poder encontrarlo de tanto en tanto y abrazarlo mucho y darle muchos besos y quererlo seimpre, siempre, siempre.
Bueno, de hecho siempre, siempre te quiero más y más.
De repente me dio una pena, 
