Luciano Kulczewski. Hombre más
maravilloso, hermoso, esos ojos tan poéticos, ese cuerpecito delgado, de
apariencia frágil y en realidad todo lo contrario. Las maravillas
arquitectónicas que nos dió, que goza este país, ciego para apreciar la
verdadera belleza. Las denominadas "viviendas sociales" como las de
calle Keller (casi a la vuelta de mi casa) unas poesías en movimiento,
con detalles únicos, esplendidos, elegantes, interesantes, máximos.
Por suerte todavía quedan algunas de sus casas, poblaciones, edificios,
el colegio de arquitectos, el caserón de piedra en Lastarria, las de
Merced, para continuar ensoñando, admirando y suspirando.
Kulczewski, un hombre de principio del siglo XX, que tuvo el mundo
chileno en sus manos para crear, construir y hermosear. Un
revolucionario de la edificación, rompiendo esquemas, tradiciones,
conservadurismos. Inserto hasta el tuetano en su país, en la realidad de
éste, queriendo dar vivienda digna a los trabajadores. Gracias a este
magno caballero, de vez en mes surgen instantes de orgullo y pertenencia
por este país. Gracias concebidas a Pablo Berthelon por su máximo programa en ARTV. Deberían verlo naquetes.
Si fuera del drama "dramático" diría "esa es la historia de mi vida". Aquella en la que la primera vez me encuentro, reencuentro, veo, cruzo, topo, con un hombre, ser humano, del género masculino, con el cual hay un entusiasta y efectivo "flasheo". La mía persona queda trasmitiendo en frecuencia ampliada, el corazón se agita que casi da infarto, sueño, sueño, que te sueño con ese hombre. El tiempo sigue transcurriendo, como la vida misma y aunque pareciera que lo he olvidado, está ahí guardadito como un secretito personal. Hasta que pasa como hoy, como siempre, como suele ocurrir "en la historia de mi vida", en el que me reencuentro, encuentro, topo, cruzo, con aquel hombre que me provocó un infarto de tanta emoción y................... ME IGNORA como si en mi condición de invisible, él fuera el único que sabe que lo soy.
Como me he acostumbrado a vivir en la Tierra, tras ser secuestrada de Marte, me pasa que suelo ponerme triste, pensar en el devenir de mi mala suerte, en el por qué me pasan estas cosas, que quizás ocurre que no soy tan interesante, que no estoy ni rica ni lo suficientemente inteligente para que un tonto, inteligente, guapo, con onda, imbécil, común y corriente, choro, superficial, einstein, magno, roto picante, flayte de mierda, pose sus ojos en mi persona, en mi ser, en mi simplemente en mi. Pero la vocesilla aquella digase "Pepe grillo" en mi caso "CRA" me dice "no mi querida, nada de eso, es que lamentablemente son ellos, en su conjunto chilenos a los que por alguna razón misteriosa o les provocas terror o les provocas salir corriendo". Nada consuela mi alma. O en realidad si, pero lo malo es que el consuelo surge, nace, se desarrolla y finaliza con la certeza aquella de "ESA ES LA HISTORIA DE MI VIDA".
Te quiero todos los días, te recuerdo más, cinco, Los Cinco que éramos, que somos y seremos por siempre jamás.
