lunes, 30 de diciembre de 2013

Otro que se va...

Hace días que pienso en esto que se va el 2013
que si tuviera que hacer un balance, obviamente si partieramos única y exclusivamente por la muerte de mi mamá, lo convierte en el año más malo de la vida, como lo fue también el 2008 cuando se murió mi papá. Y sin embargo viaje a Chiloé, pasié por tantos lugares hermosos, conocí poquita gente, me renecontre con tanta, abracé tantos árboles, me rodié de tanta naturaleza, de tanto cielo azulado, de tanto mar, lagos, lagunas. Después tuve tanto, tantísimo trabajo. Pero desde que se murió mi mamá, nada, nunca más nada, volvió a tener sentido, valor, peso, razón.

Anoche de hecho descubrí la tristeza enorme que sigo cargando, la cual lamentablemente, se debe a la culpa enorme que cargo por todo lo que hice mal hice, antes que te murieras, toda la rabia estupida que tenía conmigo, el enojo por no sé que mierdas y que toda iba dedicada no expresada verbalmente, pero lo que se piensa y no se dice, tampoco se olvida y casi toda, toda iba dedicada a tí. Y lo más lamentable, lo que más detesto de mi, es pensar que cuando chica, cuando vivíamos en Guadalajara y tomé conciencia de la muerte y lo que esto significaba, le pedí a mi Dios particular "por favorcito, no permitas nunca de los jamases que mis papás mueran antes que yo, no me permitas vivir sin ellos un solo día". Y aquí estoy con cinco años de la muerte de mi papá y con cinco meses de la de mi mamá y la interrogante que más me late es ¿qué hago aquí todavía? ¿como he podido vivir todo este tiempo sin ellos?

No tengo respuesta para eso, pero si las mil y unas sensaciones, cada vez mas certezas que en todo caso, tampoco soy la más feliz entre todas las mortales, un desasosiego que no me deja ni a sol ni a sombra, un vacío que me acompaña a todas partes, que se llevó el sentido de la vida, los colores, las ganas reales y sinceras para vivir y los motivos para hacerlo. Anoche pensaba mucho en eso, mientras martirizaba mi alma con todas las cosas malas, egoístas que hice contra ti mamita querida, descubrí que en verdad no tengo ya nada por qué vivir, tampoco ganas, esa es la verdad, el futuro se presenta tan eterno y desconcertante que no sé si quiero vivirlo, no sé si quiero averiguar cómo seré de vieja, tampoco sé si quiero averiguar cómo será eso. Tantas cosas, momentos, circunstancias, personas, que se han desplomado ante mis ojos, descubierto las partes mas oscuras y desagradables, todas en el último tiempo, que ya no quiero más, no quiero nada, no quiero a nadie y solamente no continuar más. Realmente creo que por primera vez en muchos años, en muchas veces que dije esto mismo, esta es la única en que realmente veo negro para delante y ninguna gana, esperanza, corazón de que nada, absolutamente nada cambie, mejore, sea distinto. No tengo ganas de nada, absolutamente de nada.  A lo más de leer mis libros, encerrarme en mi burbuja personal e intrasferible y que el mundo, sus personas, sus contradicciones, se vayan a la mierda y a mi me dejen tranquila.

Y sin embargo no quiero que se vaya el 2013 y que se sume una perdida más y dentro suyo, el mes de julio, el mes del año en el que partiste, en el que ya no estuviste más........... y sumar y sumar quien sabe cuantos años más en esta casa, sin ti, con tu pieza semi intacta y la casa y la vida, mi vida, luchar, vivir, vivir y trabajar, todo me suena cansador, agotador, no quiero nada de cambios, ni de movimientos, ni de desiciones, quisiera ser un mueble, un gato, un objeto, que tomen, pongan, acomoden, guarden, saquen, metan.

Una oda al optimismo simplemente.
Y bueno alguna vez tenía que ocurrir que descubriera que en realidad las cosas brillan, tienen color, olor, sentido, porque algo - alguien tan mágico como las personas a quienes más amas, se lo dan y cuando ellos ya no están, todo se torna plano, sin tacto, color, olor, sentido, razón, peso..... mis papitos amados, mis mascotitas, mis abuelitos, los amigos queridos, tanta, tanta, gente que se ha ido y uno aqui remando, remando ¿para qué? ¿por que? ¿por quien?

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Navidad.

Desde el cumpleaños de la Manu, no, desde el tuyo más bien, que empezamos a sumar todos los hechos en los que no estarás más.... ayer pensaba que quería que terminará de una buena vez el 2013 porque aunque tuve mucho trabajo, perdí lo más vital de mi vida y eso lo convierte automáticamente en un pésimo año, pero después pensé "si se va el 2013, atambién te irás tu por segunda vez".
Aunque ya no estés, sigues ocupando un espacio, que seguirá siendo tuyo, aunque muchas cosas malas, terremotiantes pasen a nuestro derredor, tu esencia seguirá volando alrededor nuestro, pero la idea de perder este año y comenzar otro y comenzar a sumar de ahora en más, todos los momentos, cumpleaños, situaciones en los que no estarás más, es una idea inquietante.

Como ayer, la primera navidad en casa de Claudita con todo el familión, en el que no estuviste, una estela de nostalgia y tristeza cubría todo, más allá de la alegría, de la histeria consumista correspondiente al momento, pese a la familiota, a todos lso que nos dimos cita, no estabas tu, no estaba mi papá, no estarán nunca más. Esas eternidades que se sienten tan presentes y punzantes más que cuando estaban presentes.

Ay mamita, mamita, por primera vez en la vida, más que cuando se murió mi papá, la idea de comenzar un nuevo año y sumar esperanzas, ansías porque suceda lo mejor posible, porque sea lo más bueno posible, no tengo. Naturalmente supongo estoy absolutamente desabastecida de esperanzas, de sueños, de ansías, deseos por hacer cosas o encontrar cosas nuevas. Es como si con tu partida te hubieras llevado, mi optimismo, la luz y los colores con que antes veía el mundo, me queda un poco de optimismo para no tirarme al hoyo, pero lo justo y necesario, nada exagerado, nada de ganas de exagerar, de reírme mucho, de llorar si, de esperar nada.

Primera vez en la vida que no espero nada de nadie, de mi, de nada. A ti te lo puedo confidenciar, ni el viaje a México me produce mucha alegría, será también un poco el real miedo que me produce, pero el encanto de antes, la energía por hacerlo cuando estabas y los regalos que te traería, ya no. Aunque me encuentre con todos los amigos mexicanos, con todos los ayeres en fila, esperando ansiosos en reencuentro, no tengo ni ansia, ni deseo, antes que pensaba ir en busca de posibilidades para no volver, para quedarme, ahora ya nada me interesa demasiado.

Ojalá que exageración me quede todavía y esl desgano, la tristeza, la desesperanza cobre vida una vez allá, una vez en ese hermoso país en el que fuimos tremendamente felices, proque estábamos juntos nostoros LOS CINCO, a lo mejor el exceso de nostalgia, de reencontrarse con pequeñas calles, árboles, lugares, escondites, secretos, devuelva un poco el alma, el suspiro, la inocencia, la esperanza, la alegría.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Corazón Kamikase.


Este fin de semana volé la barda en materia de emociones energéticas.

Pasé sintiendo que el corazón se salía, que el infarto venía,
que quizás el fin se acercaba y no tuve miedo, me daba lo mismo.
Pero reflexioné sobre los por qué y descubrí que estoy cargada, cargada, llena, repleta, rebosante, de odio.

Odio a tanta gente o peor, siento tanta rabia, tanta, tanta,
deseos intensos de matar a golpes a esos a quienes detesto,
ira incontrolable, destellos de fuegos artificiales que salen por mis ojos,
ira, coraje, rabia, deseos de violencia verbal y física.

Y por qué?
Porque odio a los que siguen vivos,
a los viejos para mi -de mierda., que siguen vivos,
odio que pasen de la muerte de mi mamá,
que sus vidas, que el mundo entero, no se haya detenido,
paralizado, terminado, pulverizado.
Como lo está mi corazón,
como es la tristeza que inunda mi alma,
que ciega a la aquella persona -que ya no sé si fui-, que era buena, que quería, que quería bien, que podía mirar con amor, con cariño, que valoraba al otro, que quería estar rodeada de otros.

Ahora pienso y siento a veces,
que si me mandaran a una isla desierta lo agradecería infinitamente,
porque estaría lejos de todos los soretes del mundo, que curiosamente cada segundo son más.
Pero anoche hice un semi cese al fuego,
serían las puntadas en el corazón,
la respiración agitada,
el cansancio total,
pero sobre todo el tener la humanidad cargada de sentimientos tan oscuros,
no es que sea Candy Candy, pero cuando odio tanto, tantísimo es porque mi sosiego está perdido.

Y no es que pretenda recuperarlo para el bien mundial,
nada que ver,
siguen sin importarme mayormente los que pululan por la tierra,
lo haría, de hacerlo, única y exclusivamente por el gasto energético personal,
porque no soy así,
por más dolor, rabia, coraje que sienta,
no soy así,
no solía detestar a tanto infrahumano y además desear de todo corazón romperle la cara,
para qué, que lata más grande gastar fuerza y energía en seres que no existen en mi alrededor,
seres soretes -como bien dice mi sisterna Manucita-, existirán siempre, pero al menos que tenga en mis manos una fórmula perfecta para arrasar con ellos de la faz de la tierra ¿para qué gastarse tanto?, a lo más serían los violadores a los derechos humanos, pero para ellos es mejor que sufran, sufran muchos miles de años, que hacerselas tan fácil como matarlos.

Y porque ya no quiero sentir este odio tan profundo,
por gente que no mueve mi vida,
que los encuentro sin principios, basuras humanas,
pero que su inconsistencia no altera, modifica, moviliza mi vida,
entonces para qué tanto,
y en cambio concentrarme única y exclusivamente en el amor a por mi madre, en el dolor por su ausencia, en el hondo, profundo, sincero dolor por su ausencia.
Que moviliza, todos y cada uno de mis actos, para delante y futuro, que quizás cambie, altere todo cuanto me rodea.