jueves, 26 de noviembre de 2015

2 años y 4 meses.

Sí, estoy pensando en ti, 
hoy como siempre estas en mi mente. 
Tú me enseñaste a ser tan fuerte 
y hoy que ya no estas, 
no me puedo acostumbrar. 

Quisiera pensar que ya estas en paz 
en otro lugar y que corres libre sin temor a nada, 
se que estas alegre porque nunca te olvidaré. 

Lo que me duele es quererte 
y no poder abrazarte, 
pues tuviste que partir 
y hoy estas en otra parte. 

Sueño con que tu regresas 
y te quedas a mi lado, 
me duele que no estés aquí, 
me duele que no estés aquí. 


Tú, mi ángel invisible, 
que siempre me cuida, 
no me abandones jamás. 


Sí, tú, tú, tú, 
te fuiste en un viaje, 
te fuiste sin mi. 

La vida es un mar 
de tiempo y palabras, 
palabras que sangran 
al decirte adiós. 
Ya abre los ojos, 
no nos dejes solos con este dolor. 

sábado, 7 de noviembre de 2015

CharloteColombaJaneBronteOrregoEyre.

Nunca antes me pasó,
el poder ver una película tantas veces,
como Jane Eyre.

Desde que leí la novela cuando chica,
quedé absolutamente marcada,
ensoñadamente marcada.

Tenía a la amiga perfecta,
que encajaba con la tuberculosa amiga de Jane,
o sea que yo era la protagonista de la historia,
esperanzada, por no decir segura,
que algún día encontraría para mi vida,
un hombre tan maravilloso y atormentado como Edwar Fairfax Rochester.

Y sin embargo,
cada que veo la historia,
personificada con los actores de moda,
confirmo que aquel amor hermoso, puro,
amor de espiritu,
de almas, con mucho corazón y
aunque placer, nada de carne,
confirmo que es un sentimiento que solo se puede sentir desde una parte,
solo lo siente uno
o lo siente una.

Ese verdadero y maravilloso amor,
no es real,
imposible de encontrar en un hombre que ame así a una mujer,
como tampoco una mujer podrá amar con esa intencidad y pureza a hombre alguno.

Será porque la que creó esa historia tan intensa,
vivió encerrada en un caserón de piedra,
toda su vida
y todos los sentimientos puros, intensos, que sintió y derramó en sus personajes,
es el latir de un corazón soñador, inocente,
que nunca supo lo que el mundo vivía realmente.

Y es en la certeza de la imposibilidad de ese amor maravilloso e intenso,
que quedo atrapada cada que veo la historia,
que rememoro la lectura,
porque me llega tan de cerca,
tan intenso,
tan verdadero como irreal es,
como irreal han sido todos y cada uno de mis amores humanos,
como imposibles de encontrar nunca jamás a un Edward Rochester en mi vida,
que con apenas tocarme,
pueda trasmitirme tanto amor, tanta pasión, tanto deseo.

Tanto genuino sentimiento de querer pasar el resto de la vida a su lado, con vista o sin ella,
cuidándolo o siendo cuidada,
a su lado simplemente
y con eso la felicidad extrema, intensa, maravillosa, plena,
tan irreal, lejana, remota, imposible,
como lo es el verdadero amor,
que de tanto en tanto late en mi corazón.

martes, 3 de noviembre de 2015

Fuego en el cielo

Un globo rojo,
quizás fuego,
quizás rodeando la tierra,
encarnado cielo enrojecido.

El cielo se detiene ante su merced,
pasos bajando hasta el horizonte,
que enceguecía la vista,
del hombre, perro, ave, al mundo.

Constelación de cielo fuego, de sol cayendo,
atardecer  naranja, rojizo, rojo fuego,
¿realidad?
estos ojos ¿pueden mentir tanta belleza?

El universo se posa ante el rojo cielo, del sol cayendo.