Tengo a Gogo acurrucadito sobre mis piernas, está flaquito y chiquito, no porque sea chiquito si no porque está enfermito, la muerte es inminente pero está ahí conmigo, está débil, siempre quietecito junto a mí y ahi lo mantengo. Flaquito, delgadito, alargado como siempre, tierno igual. La sensación de que esté la retengo y me produce gran felicidad, a pesar de que todo indica que no será por mucho tiempo.
Paso la mayor parte del tiempo sentada con él en mi falda. Mientras personas, amigos, van y vienen y yo ahí con mi Mollollo, todos me hablan de lo evidente, pero el instante eterno de saberlo nuevamente junto a mí es suficiente. Le hago cariño, lo tomo entre mis brazos, lo acerco a mi pecho, lo beso una y mil veces, es mi Gogo, mi amado Gogo que está otra vez conmigo, aunque sea por un rato, aunque la muerte sea inminente.
Tiene problemas de salud, parece que desangramiento, todo podría ser terriblemente espantoso y un alo de pureza y alegría cubre el momento, el tiempo que sea de volver a estar juntos es más que suficiente. Lo abrazo una y mil veces, lo cubro de besitos, le hago cariño en sus patitas, en el pecho, la guatita y él se deja contento. Salgo de paseo en auto y siempre con mi Gogo en la falda, siempre apretadito a mí, cerquita de mí.
A veces es bueno no ser tanto la de antes, la que aguantaba horas, dias, meses con la misma pasión, entusiasmo por alguien o algo que finalmente no ocurría, no llegaba, no se enteraba que uno existía.
Es bueno que ese tiemp, el agote de energías este bajando, mejor usarla en otras intensidades, algunas sobre todo más certeras, más sinceras, que más allá de conseguir un final más o menos óptimo, no se lleve por delante y por detrás el corazón, el alma, los suspiros, como si las emanaciones de sentimientos de aquel que quedó cesando, no valieran nada.
También será el tiempo que transcurre y a veces, entendemos que si nos damos de cabeza con el muro y éste no se ablanda, tal vez sería mejor no aplanar el mate y buscar algo más dósil.
Eso que se le conoce como aprender de las lecciones archi repetidas, dejar de ser tan cabeza de mula, sobre todo cuando en la necedad lo único que va acumulandose a granel es la amargura, certeza, que para muchos uno es INAPARENTE.
Pese a la belleza de la palabra en sí INAPARENTE, sin apariencia, sin cara, la cara sin rasgos, los rasgos cualquiera o ninguno. Sin altura, tamaño, corpulencia, huesitos flacos, estructura robusta, nada, nada, nada, INAPARENTE.
De esos gastaderos de energía, mi energía, esperando con el San Antonio de cabeza que de pronto, al fin, te des cuenta que que estoy, existo y quisiera un poco de atención de tu parte..... y volvemos a la obviedad de los hechos, pero a diferencia de antes, ya no hay bajón si no más bien el uso de las lecciones aprendidas y padecidas, donde uno dice "bueno ya será, no será, no era para ser. Sigo con lo mío.
Querido mío,
Un año más sumado en esta montonera de tiempo que sigue transcurriendo. No estás tu, tampoco está la casa, no estoy en Guadalajara, tu en cambio sí desde algún pedazo de cielo maravilloso y hermoso como los de allá. Con la noticia que voy, regreso, de vuelta, otra vez a México, a nuestra amada Guadalajara, un viaje esperadisimo, ansiado, y en el que por supuesto pasaré por la misma calle y pensaré una y mil veces en tí.
Te amo siempre mi Goyito del alma!!!
