martes, 5 de abril de 2022

Al idéntico a ti, que vive en mi interior!!!


Eres tú sin serlo, a veces sin estarlo / 

dejas el aire revuelto de ensoñaciones yendo y volviendo. / 

Tu, revoloteando a mi alrededor, al que le hablo, con quién recorro calles y árboles. / 

Mi, tu, al que acaricio y beso./ 

Tu, mi, que me acurruca para dormir. /

Mí/tú, prendados en el corazón, / 

Yo/tu, el volumen de mi amor. 

Desazones y congojas.


No negaré que me causa mucha tristeza, congoja, esos momentos en los que vuelvo a constatar cómo personas que fueron cercanas, que se decían amigos, deliberadamente intentan invisibilizar mi paso por sus vidas. No sé si será un comentario egocéntrico o no, pero es lo que siento. 

Me conformo pensando que así les sucedió a mis padres, que tanto hicieron por tantas personas y que llegado el momento de las devoluciones, honores, homenajes, otres cargaron las estrellas de las acciones realizadas, dejando afuera a mis padres. Como también la familia de mi madre, ella incluida, fueron siempre tan distantes de contar sobre sus vidas, que se supiera lo que hicieron, evitando así homenajes, distinciones.

Como hija de ambos, tengo un poco el deseo de notoriedad que heredé de mi padre, no es malo, no daño a nadie con ello y sin embargo, aunque lo fuera da lo mismo porque siempre están esas personas como puestas en mi camino, de forma sorpresiva, que teniendo poder hacen de todo para sacarme de la historia que están contando. Y del lado materno, intento parecerme a elles y contentarme con esa idea que final de cuentas entre menos brillas, entre menos se hable de ti, entre menos parezca que quedas en la memoria, serán otres quienes de vez en cuando te saquen a colación.

Lo que no quita la congoja, la cual es directamente proporcional al dolor que me causa constatar la cantidad de personas que pasaron por mi vida y que en su ausencia fui sabiendo que en verdad, no me quisieron.

Doloroso es saber que mientras más haces, mientras más diste, mientras más quisiste a otres, elles, no tienen intención alguna de devolver el sentimiento. Siento como si me odiaran, les molestara mi presencia, quien soy, lo que digo, como hablo y en esas acciones de invisibilizar lo manifiestan, negando mi existencia, me da pena, me duele pensarlo y sentirlo, sobre todo saber que se repite tantas veces.

Toda esa desazón, tristeza, despiertan una y otra vez, las ganas de terminar con todo...