miércoles, 26 de febrero de 2020

Un día con su tarde.


Hubo un día con su tarde, en la que soñé despierta que tocaba los algodones nubosos del cielo, pero el corazón latía con tal estremecimiento, que tuve que apaciguar el dolor antes de volar. 

Después vino la noche con su madrugada, en la que descubrí que no tengo nada, pero siempre estoy en búsqueda de algo y que mi corazón fue extirpado. 


Ahora siento con las ramas de los árboles, respiro por sus cortezas y sueño días verdes con sus deojitos.

Lo descubrí cuando comencé a levitar de día, de noche o en largos y enrojecidos atardeceres. 


Volar, vuelo, me voy, con mis alas de hojas enverde / cafesosas, saltando de nube en nube.... 

Ya no busco respuestas, ni personas, tampoco a mi corazón, simplemente voy sembrando interrogantes con agua lluvia, envueltas en rocío flores, que salpican bocanadas de humedad