Tres décadas: "H".

  ¿Te imaginaste alguna vez que tu y yo llegaríamos a sumar tres décadas y algo más? La verdad que yo no. Cuando todo comenzó mirábamos al mundo, un horizonte, pero no imaginábamos que existiera tiempo, sumar tanto tiempo y en esa sumatoria, tu  y yo.

Pero aquí estamos,
estás, estoy,
somos, estamos, estás, estoy.
La belleza de vivir todo este tiempo y de contar, sumar, todos estos años, creo que consiste precisamente en eso..... en que tu y yo, sigamos juntos, revueltos, unidos, ensoñados, soñadorxs, desde hace 30 años y algo más.

Te quiero,
yo también te quiero,
la madurez de los años han convertido nuestro amor, amistad, ensoñación, en algo tan poético ¿verdad? Sí, verdad.

Pertenecemos a la misma nostalgia,
nos acurrucamos con los mismos recuerdos,
amamos los mismos símbolos, añoranzas, espejismos y horizontes.
Hemos viajado de la mano,
dentro del baúl la una del otro y el otro en la maleta de la una,
nos hemos encontrado y vuelto a reencontrar a uno y otro lado de la cordillera,
en nuestro Jalisco Guadalajara.
Cada que podemos recorremos la misma calle, del lugar aquel donde todo comenzó....

He pensado seriamente que lo nuestro es solo de 6 y de 7, que para el 8 ya éramos.
Con seis y siete, comenzó,
el inicio de esta sucesión de amores,
de nostalgias en común,
pasión por las mismas melodías.
Sé que escuchas las mismas tonadas que yo,
aún guardo entre mis músicas la que me enseñaste, interpretaste y desde ahí es mi melodía consentida.

De ahora en más seremos de seis y de siete,
ayer sería el aniversario por conocernos,
hoy el de cuando ya intuíamos que estaríamos unidos para siempre,
mañana seremos historia.

Pero hay una parte de esa historia que quiere dejarse en el pasado,
en un verano que ya pasó
y tu y yo no queremos eso,
nos gusta alimentar nuestro todo,  en base a las nostalgias, a las fotografías, las melodías que nos evocan, no pensamos en futuro, sin antes haber estado mucho rato ensoñando el pasado que nos dio sentido ¿verdad? Verdad.

Desde que me dijiste "que tu vida (la mía también) después de conocernos nunca más sería igual", los días, meses, años, décadas, se sucedieron en plenitud, intensidad y con la certeza que sí hubo un antes y desde ahí construimos nuestro este tres décadas y algo más de después.
Somos eternos mientras alimentamos nostalgias,
seremos eternos mientras sigamos sumando décadas y siglos,
tu para siempre sumado a mi jamás, serán por siempre jamás.

Seis años de tu partida!!!

Abro mis brazos buscándote / cada mañana con su noche / emprendo viento vuelo / viento, viento poderoso susurrando tu nombre.

Sigo adherida a ti / estoy en tu sangre / Blanca / el cordón es infinito / Blanquita.

Me dejo llevar por días memoriosos / de aromas a cariño / días contigo / Agudizo la memoria imágenes / estás en todas partes / eres mi jamás para siempre.

Nervaduras de hojas nos llevan  / danzamos entre tonos café claro rojizos y amarillos / sentar y descansar entre ramas y troncos / Bosque mullido y profundo.

No quiero que termine este instante / Me niego al nunca más darte los buenos días / nunca más besitos, besitos / no escuchar el noches.

Cobijémonos entre los tiempos  / con su bueno y malo / con lluvias y arcoíris / abrigadas por los días con sus noches de vida / Y ya nunca, nunca más continuar estando aquí sin ti..

De origen "Azulado".

Quisiera tener certezas optimistas
quiero pedirte que lo protejas,
que no sufra de más,
que siga siendo el más lindo, 
aquel que todos quieren, 
el que conquista a ciegos, tontos y hermosos,
el que se queda con el amor de los corazones,
el más lindo, el más grande, enorme, de cabeza gigante, nariz colorada.
Al que le dicen gordo pero es pochón. 
A él, nuestra luz, nuestro amor, la energía de nuestra vida. 

Que brille con toda la potencia de su luz, 
que salga adelante con su energía, 
con esa su luz hermosa, cálida, cariñosa, amorosa, vibración, que por tantos años nos ha guiado la vida. 

Que la use toda para sí,
pero no lo dejes sufrir, por favor, por favorcito...
Es nuestro mollollo, moyuli, pachoncito, bebé, toto !!!

Rebuscando mis poderes infantiles,
aquellos de tan solo arrodillarme mirando en dirección a la estrella más luminosa:
por favor, por favorcito, que no sufra, no lo abandones. 
Él el que entrega alegrías no le permitas apagar su luz.