viernes, 10 de octubre de 2008

Se murió mi Escobita


Esto es algo que la Manucita ensoñada encontro por ahí pensando en la Escobita idolatrada. Justo ahora que la vida nuevamente se nos torna llena de gatitos celestes.
LOS GATOS CELESTES:
- Es así Pancho. Cuando un gato desaparece de la casa de sus dueños, no hay duda: es por que se ha puesto celeste. Y de nada sirve que lo busquen ofreciéndole un lomito a medio asar o crema de leche fresca. No volverá ni por una lata de sardinas
- Por el aire? Eso sí que no me lo creo
- Si, señor... Los gatos celestes pueden hacer cosas que los gatos comunes no puede.
- Y qué más, qué más?- Bueno... Pueden guiar a los gatos con hambre hasta los lugares donde hay comida...
- Si?- O indicarles dónde pasar una noche de tormenta sin mojarse...Pancho se acercó más a su abuelo y reclinó la cabeza sobre su pecho. Se sintió seguro y contento de estar junto a él. Recién abierta.
- Y por qué?
- Porque al ponerse celestes, los gatos dejan de sentir hambre. Y sueño y frío.
-Pero... y dónde van abuelo?
- A ningún lugar en especial. Andan como siempre, por todos lados.
- Y cómo yo no los veo?
- Es que son transparentes, cómo el aire limpio, o el agua clara.
- Y caminan?
- Claro que caminan Por los techos, por los jardines, por las terrazas... y por el aire.
Al poco rato dormía serenamente. Entonces el abuelo lo sujetó con cuidado por la piel de la nuca y caminó muy despacio varias cuadras. En el umbral de una linda casa, había un cajoncito con trapos de lana y una nota que pedía: "Señores Reyes: Queremos de regalo un gatito de cualquier color. Gracias.
El abuelo puso dentro a Pancho. Después se alejó tranquilo, mientras se iba poniendo celeste.
Para todos aquellos que hayan perdido a su compañero.
DE GATOS CELESTES
Corren gatos por el cielo.
Deprecian las azoteas
y eligen las nubes
una a una,
para saltar, trepar, tomarse con las uñas
con las garras,
con los sueños construidos con saliva
y besar los silicios sublunares
con lenguas ásperas de dolores viejos,
con antiguas tristezasy regurgitaciones.
Llega la tarde.
Los gatos derivan lentamente en su no hacer
y caen del cielo como gotas grises
y los bebe la tierra de las cuatro
con avidez de novia,
de noche
de luna gorda, redonda sobre los escarchados charcos de la aurora.

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