sábado, 30 de noviembre de 2013

Un nuevo aniversario.

Querido Andrés,
Este año más que nunca antes, el dolor de la muerte acecha con fuerza mi vida. Por esas cosas raras, de todos los seres queridos que he querido y también perdido, como mis abuelos, amigos, mis tíos Sánchez, mi papito lindo y a ti, descubro que la madre es realmente fundamental para la vida, por algo un tema de Silvio Rodriguez, dice que "la madre vive hasta que muere el sol", que vendríamos siendo nosotros, o sea nunca, o sea eterna. Y no es así, como tampoco lo es que seamos eternos, que yo lo sea, tú fuiste el primer ejemplo joven que eso no era así. Antes lo fueron mis abuelos y tu estabas cerca de mí, después vinieron tantos, tantos otros seres ensoñados y qué decir tu muerte.

No recuerdo cuantos años han pasado desde ese 30 de noviembre, en el que me llamaron para contarme noticia más triste y terrible. Cómo lloré, de la pena, de la impresión, del dolor enorme que el chico más hermoso, mi príncipe amado, ya no estaba más en este mundo, nos había dejado, porque somos muchos los que nos quedamos sin tu dulzura, esa sonrisa hermosa, esos dientes blancos, tus manos grandes, la calidez enorme, mi querido primo Andrés Santelices, la persona con la que más cosas compartí y en tan poco tiempo....

Y me ocurre que en este año, he perdido a mi madre también, o más bien "he perdido a mi madre" y pienso en el dolor de tu madre al perderte, La Luza que fue la madre que vive hasta que muere el sol y presenciar esa muerte. Y me ocurre que desde espacios distintos, dolores diversos, la entiendo tanto, tan bien, aunque mi dolor sea al revés que ella, el que se supone normal y que en estos momentos no tiene nada de ello y si mucho, muchísimo de injusto, de doloroso terrible, de una honda y profunda depresión, al constatar todos los días, a cada instante, que nunca más en la vida, en esta vida, mi vida, volveré a ver a mi madre amada.

El dolor por tu pérdida, que fue realmente una enorme pérdida, un dolor que se acomodó a los años, a las memorias, a rememorarte todos los 19 de septiembre, los hoy, y que hoy justamente hoy, se mezcla, suma, duele más y más, con el que siento por mi mamá.
Es tanta la pena, la honda depresión sentida, el dolor por saberme sin ella, que no puedo pensar ni por un segundo, en la idea quizás aliviadora, que ustedes se encuentren en el cielo, en el más allá juntos. Es tanto el dolor, que no me consuela, es tan egoísta lo que te digo pero sincero como lo era nuestra amistad, nuestras conversaciones, las sinceridades mutuas que nos dijimos, aunque algunas nos las guardamos, como tu muerte, como el sentir que no te pude acompañar más, ayudar, apoyar para que esto no pasara. Pero no puedo sentir felicidad o un álito esperanzador con el hecho que ustedes estén juntos, que se vean, me da más rabia que alegría, más envidia que felicidad, perdoname, perdoname mamita, pero más bien quisiera estar con ustedes aqui, allá, donde sea pero con ustedes, junto a todos los que se han ido, mascotitas, amigos, familiares, mi papito, mis abuelitos Titin y Marta, junto a ustedes dos, mis constantes, recientes y palpitantes queridos ausentes, por siempre jamás.

martes, 26 de noviembre de 2013

4 meses.

... ¡¡¡ Cuatro meses. No quisiera hablar nunca de los jamases en pasado. Y el tiempo sigue sumando. La memoria, nostalgias, recuerdos nos alimentan. Me aferro a ellos, te vuelvo abrazar, pensar en la maravillosa persona que eres, serás y fuiste. El mundo está impregnado de ti ¡¡¡ ...

jueves, 21 de noviembre de 2013

Si solo estuvieras aquí.

Por ahí alguien me podría acusar de "cuática" o intensa que para el caso, es verdad.
Intensa para amar, para sufrir, para extrañar.
Y qué hacer si es lo que siente mi corazón.
Tantas cosas de las que me he dado cuenta en el último tiempo, desde que no estás, tantas buenas, tantos momentos vividos juntas, atesorados en la memoria y que de pronto me hacen click, descubro instantes, situaciones, que le dan sentido, razón, peso y fondo, a toda mi existencia.
Y quisiera compartirlas contigo,
sin vergüenza alguna confesarte lo mucho que te quiero,
lo feliz que he sido estos 44 años al lado tuyo, de mi papá,
quizás es la vejez,
aquella envuelta en sabiduría (al fin) que permite valorar lo hermoso de la vida,
lo que dura un instante,
lo que sentíamos insignificante
y que ahora además de encontrarlo ENORME, quisiera repetirlo mil veces.

Buscar las fotos de las dos,
casi todas de hace tantos, tantisimos años,
¿por qué dejamos de tomarnos fotos juntas?
¿por qué era tan perrucha contigo?
¿por qué las hijas somos tan tontas con nuestras madres?
¿por qué los humanos somos tan imbéciles que no aprendemos de lo que nos dicen?

Tarde, siempre en un tiempo pasado, terminamos dándonos cuenta de lo necios que éramos, de lo mucho que queríamos esa vida, de lo felices que éramos en esos tiempos, que finalmente la vida, esa vida era la que queríamos vivir para siempre. Juntas, juntos, juntas.
De verdad quería que tú  y mi papá fueran para siempre.
Más que quererlo, aunque si que lo quería, sentía que en nuestra calidad de "especiales" así tenía que ser.
Si habíamos llegado hasta donde lo hicimos, era para continuar por siempre jamás.

Eso es algo que jamás de los nuncas me conformará,
será porque la vida no la supe vivir de otra forma que no fuera con ustedes
y finalmente era tan vida como cualquier otra, aunque a veces mi papá fuera insoportable,
pero era nuestra vida.
Ahora si que si sé que todo, todo, toda mi vida eran ustedes,
ahora no me importaría para nada que me dijeran que tendría que vivir para siempre jamás junto a ustedes, sin salir, sin mirar afuera, sin casarme, tan solo con derecho a viajar, pasear por ahí y traerles historias, mundos, comidas, olores, sabores. Porque esa era mi vida.

Ahora no sé para donde llevarla,
qué hacer,
ya no es lo mismo dedicarsela a nadie como lo era con ustedes,
nadie más que ustedes merecía que nos quedaramos sólo los tres,
los tres y el Gremnlin, la Escobita, el Cuchi o todos los gatitos que pudieran venir.

La vida ahora no sé como continuarla,
me da tanta pena todo,
toda esta casa está tan llena de luz, de vida, de colores por el patio, la bugambilia,
y sin embargo mi corazón, mi alma, la vida misma está tan triste, tan gris sin que el color domine el cielo, pero ya no tengo horizontes, ni cosas por las cuales luchar, vivir, ir, buscar, perseguir.
Tampoco sé si sería mejor morirme,
ir en busca de ustedes.

Sólo sé que mi corazón está triste,
que yo todita, toda, estoy desolada sin ti,
con esta casa hermosa y colorida pero sin ti,
con el verano, el viaje a México, pero sin ti,
con las memorias diarias, las nostalgias, pero sin ti. 

domingo, 10 de noviembre de 2013

Girón, la Victoria

Supongo que las razones por las cuales me gusta tanto, tanto, tanto, la letra de esta canción y sobre todo este estribillo, se debe a la historia que tuve junto a mis padres...


Canto y llanto de la tierra,
canto y llanto de la gloria,
y entre canto y llanto de la guerra,
nuestra primera victoria.


De luces se llenó mi cielo
de esta tierra insurrecta,
y entre luces se batió seguro
buscando la victoria nuestra.

Hoy se camina confiado
por los surcos de la historia,
donde pelearon los héroes
para alcanzar la victoria.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Para nuestros muertos queridos...




Quisiera pensar en esta ocasión que las palabras sobran. Sábado 2 de noviembre, día de nuestros muertos que aunque ausentes, viven en nosotros todos los días. Es un altar muy familiero, me faltó mi primo Andrés Santelices, el querido Luchito Biervich y muchos, muchisimos queridos otros amigos que decidieron marcharse y que a estas alturas, parece que lo mero bueno, está ocurriendo allá arriba....