domingo, 31 de julio de 2011

Tan solo días.

Anoche pensaba en los cambios producidos desde un día en particular.
Ya ni el color del pelo es el mismo,
desde la primera sensación,
la apariencia,
los días que fueron transcurriendo,
todo, todo, todo,
fue cambiando.

A veces me gustaría detener el tiempo,
sucesos importantes, sensaciones vitales,
dejarlas congeladas y sacarlas del frezer cuando necesite despabilar mi corazón,
remecerlo de verdaderos, puros, sentimientos.

Como los que dejaste,
como las sensaciones que emitimos,
los destellos,
las estrellas fugaces que volaron por los cielos para los dos, en esos días.

Desearía tanto, tanto, tanto,
y a la vez el terror de que no ocurra,
o si ocurre sea distinto,
que los hechos se dieran perfectos,
como nunca,
como jamás.

Que los que no ayudaron,
ahora remedien sus egoísmos,
y los que se tenían que reencontrar, en los tiempos que fueran.

Nos dimos vueltas en la arena, hasta que vimos regresar la luz del sol.
Igual que el mar y las estrellas, unidos por siglos.

miércoles, 20 de julio de 2011

Maravillarse.

Una semana se cumplió.
Y al abrir la boca sentí que la magia capturada, las sensaciones congeladas emprendían el vuelo. Días enteros de seguir el conjuro y con tan solo unas palabras, algo en el aire cambió. Los colores se tornaron distintos.

Y es que llegó el momento de la constatación, sin dejar de lado, menos olvidar, sino  más bien maravillarse cada que volvemos el tiempo atrás, a por los sucesos vividos, nitidamente sentidos, presentes, constantes, ahora recordados.

El sueño llegó después de constatarlo,
esa claridad constante y distante y a la vez cercana,
cuando las piezas de los sentimientos, regresan a sus lugares originales.
Y un destello por dentro y fuera, permanece presente por lo que el futuro traiga consigo.

Estaré.
Ya no en el mismo lugar, tampoco a la misma hora, ni con la misma ropa, menos rodeada de los mismos árboles. Pero estaré y atenta, por si los conjuros deciden unirse a las sensaciones que vuelan por los aires, a través de las hojas de los arboles más hermosos y frondosos.
Estar sin estarlo todavía, sin adelantarse a los hechos, pero estando.

jueves, 14 de julio de 2011

Cada milimetro de tiempo.

Es la primera vez en la vida, que me quedo tranquilita sin pedir más.
Ensoñando cada milimetro de ese tiempo transcurrido,
reviviendo una y otra vez,
otra y una vez,
sin pedir, sin decir,
simplemente eso.

Sin pensar en posibles futuros,
acciones por tomar,
medidas por arriesgar,
quedarse con lo habido,
que es tanto y más.

Recordar y revivir,
sentir,
remontar,
ensoñar, regresar, estar,
sin pensar.

La raíz de todo estará ¿en no pensar?
traspasar a las ideas, la mente y permanecer en las esencialidades,
inmortalizadas, congeladas, ensoñadas, permanentes, palpitantes, presentes, revivibles.

martes, 5 de julio de 2011

Quiero.

Siempre quiero más de lo que tengo.
Pero es que realmente creo que lo que poseo no es tanto.
No en comparación con lo que debería tener.
Desde chica me encasillaron como Colomba la ansiosa y desde chica que espero que algunas importantes o vitales sucesos lleguen y estacionen en mi, para mi, conmigo.
En este instante preciso siento la carencia frustrante de aquello que anhelo, histericamente o no y que no termina de concretarse y que pareciera -en este tono desesperado-, que no pasará. Si bien soy una persona optimista, a veces me pregunto si no será más a causa del escapismo de no querer afrontar, de no querer ahondar y entonces pienso "no, si las cosas mejorarán".

En este instante preciso que los optimismos no me sirven para mucho, porque el agujero que tengo en la guata, la sensaciòn de como las expectativas van desmoronandose lentamente, acrecentan y aumentan de una manera insoportable, de aquellas en que quisiera mandar al diablo todo cuanto estoy  haciendo y no sé tirarme a una avenida con tráfico, comerme una pasteleria entera, tomar unos somniferos que duraran, adormecieran, insensibilizaran mis emociones unas tres semanas. Y entre que no se puede, no está permitido porque el deber llama y quisiera como mandar al deber y al trabajo al carajo y sale rima sin esfuerzo.

Todo mal.
De esos "todo  mal", que ya he sentido tanto, en tantos y diversos y esporadicos y a veces no tanto, tiempos de mi vida. Que de pronto cuando se siente como ahora, además de querer mandar todo por la borda, está las ganas de mandarme alguna locurita, hacer una tontera de proporciones impresionantes, de esas que no tienen solución, que más bien llegaron para cagarlo todo un mucho más. Y mientras lo digo, siento como una leve tranquilidad de saber que no lo haré y que eso es bueno, porque en realidad estoy a una tecla de escribir lo que no se debe, mandar el mail que no sería lo más apropiado y entonces aumentar el ansia esperando sentada o parada, por una respuesta que nadie nos garantiza llegara.

Maldita sea!!
maldiciones miles, recorcholis, recontra chanfle, mierda, lata, espanto, ganas de estrangularme, de golpear la cabeza contra la muralla, caer incosciente, no para fallecer pero si para anularme algo asi como muchos dias, si es posible 21 y al despertar que todo se tiña de buenas energías, positivos pensamientos, optimistas resultados.

Tensión, tensión, ansias, ansias Vayanse como a la recontra mierda y dejenme insensible, inoperante, impensable, carente de cualquier idea fija, obsesiva que empañe mi deber ser de laburar aunque los deseos estén encausados hacia otros espacios, olores, sensaciones, tamaños, colores, apariencias.