lunes, 7 de abril de 2014

Desiluciones...

Alguna vez alguien me dijo, seguramente mi hermano Antonio, que tenía que llegar el momento en el que comenzara a romper las ilusiones y me hiciera cargo de la realidad, del mundo de verdad. Pero ocurrió justamente en este viaje de eterno "regreso" a mi amada Guadalajara, que aquellas emociones, sentimientos, sensaciones provenientes del corazón, los más importantes, los fundamentales al menos para mi,  demostraron que la perseverancia que otros tacharon de "quedada", daban frutos.

El tema es que los frutos no necesariamente eran los que yo esperaba, pero fructiferaron, sumaron, ya no son sentimientos, sensaciones, momentos, atesorados, guardados, encapsulados en mi burbuja de cristal solo apta para mis "mexicanos", sino que ahora aparecían, enfrentándose a mi, a la vida actual y demostrandome o al menos así lo entiendo, que quizás no fue tan malo quedarme pegada, quedada, ensoñando por ellos, con ellos o sus espiritus o sus esencias clavadas en mi y volando en el aire que me rodeaba.

Pero en la intensidad que me caracteriza, hubo un evento en particular, que fue decidor, marcador y que a la vez me produjo un gran desazón, frustración, dolor, desilución. Que es el amor.
Podrá sonar absurdo, sobre todo por los añales a los que se remite el motivo de mi dolor.... pero sabiendo que no soy una persona igual a nadie, espacio que me ha costado la vida que he recorrido, las carencias sentimentales, maravillas vividas, ensoñadas, lloradas, la abundancia de amigos.... y por eso es que desde que regresé de Guadalajara muchos veintes han ido cayendo en mi mente y corazón. Porque aunque aquellas las ilusiones, sueños, ensoñaciones, por tantos, tantísimos años atesoradas, algunas dieron frutos, otras no y en cambio produjeron la sensación de pérdida, desorientación y tristeza que arrastro...

Porque al final de cuentas mi primer amor, aquel chico del que me enamoré cuando tenía entre 10 u 12 años, sentimiento que atesore, congele, guarde, en mi corazón, en mi mente durante todos estos años, cuando casualmente volví a reencontrarmelo, tras viajar a Guadalajara tantas veces, pasear por las mismas calles, la primaria, camino a su casa, la ruta que hacía en bici, con el único afán de volver a encontrarmelo...... ocurre primero que nada cuando las esperanzas había comenzado a desinflarse y quizás por eso mismo fue tan maravilloso y lo agradezco, agradezco a la casualidad, a la intervención del destino, de la providencia que se apiadó de esta supersticiosa, que hizo encontrarme de una vez con mis dos mejores amigos y además mi primer amor.

El pero está en que eso tan dificil de explicar con palabras y que se esparce por el aire con tanta facilidad, que hace decantar o naufragar un sentimiento, el recuerdo que tenías de algo, de alguien y que cuando descubres que no todo era como tu creías, hay algo en el aire indescriptible pero con aroma a que lo que tu eres capaz de ver más allá del tiempo, reencontrar rostros, miradas, rostros por los que han pasado al menos tres décadas y sin embargo para tí siguen siendo las mismas caras, los mismos gestos, la misma profundidad de seres y en la devolución de esa sensación, sabes bien que ellos no te vieron, no te ven, no descubren en ti a la persona que siempre has sido....... porque ellos no saben mirar.
Porque al final de cuentas mi primer amor no era el primer hombre que me veía, que me vió y me descubrió.... era tan solo un chico lindo, muy lindo, mujeriego hasta más no poder, que todas las oportunidades las tomaba.... 
Lamentablemente habrá un mucho de eso que si no eres perfecta en el cánon de belleza y además tienes un defecto en la cara, que en la infancia no tenías, la manera en que te miran sin verte, que te observan sin encontrarte, es tal cual, lo que ellos ven con los defectos actuales no es la persona de antes, aunque una sienta que sigue siendo y será la misma por siempre....

Porque para mi primer amor, era y soy y seré, el lugar cálido, agradable, al cual regresar cada que su mundo continúa agitándose en negativo... Por eso vuelve...
Por eso volviste tantas veces.... porque necesitabas cariño, aliento, aunque en ese reencuentro no nos dijeramos nada, tan solo mi felicidad por verte, vernos, mirarte desde la puerta de mi casa hasta tu bici. Porque yo pertenecía, pertenezco, a la época y al mundo infantil, sin complicaciones, que tuviste y que ya sin poder regresar al regazo de tu madre, la que te decía "Toto", tornabas hacia mi. Pero no era a mi, a yo, a tu novia, a la que buscabas, a mi, a Colomba la que te encapsuló todos estos años en el casillero de lo más preciado, del primer amor, mi amor, el primero que me había visto.... y esa constatación, la mirada, tus actos, tus palabras por escrito, lo que manifiesta que nunca me viste, nunca descubriste nada particular, único en mi, quizás porque no sabes encontrarlo en nadie..... pero el desencuentro de la ilusión con la realidad, golpea fuerte, fuerte, porque ya sin la esperanza de reencontrarte y continuar, me quedo vacía, sola, sin un sueño al que aferrarme, para darle un sentido, camino, ruta, a mi vida...........

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