domingo, 4 de agosto de 2013

Vacío.

Desde que me dijeron, hablaron, que iba a sentir el vacío más hondo del mundo, me quedé pensando ¿a que se referirían? Hoy lo sé porque lo padezco, anoche comencé a sentirlo, ese frío que embarga desde el centro del estómago y sube al alma, al corazón y sientes que realmente estás sola, por más personas a tu alrededor que existan. Huerfana, sola, desolada, por más abrazos sinceros que recibas, es un dolor, un apretuje de estómago, hasta anoche inexplicable.

Ahora lo siento y me duele, me duele mucho y no tengo ganas de nada, tan solo de ahogarme en mi pena, de llorar mucho, de morirme llorando, morirme ahogada en esta pena, en este vacío, en este saber maldita sea que no te veré nunca más y que quizás, seguramente, quedaron chorrocientas cosas en el tintero, expresiones, palabras, tomarte más de la mano, tomarnos más de la mano.

Viví 44 años junto a ustedes, junto a ti, toda la vida que llevo vivida y la agradezco, agradezco no haberme ido nunca, haber sido tan lencha, lenta, caída del catre, de no haber sentido la necesidad de tener un otro espacio lejos de ustedes, por más que lo soñara despierta o dormida, porque realmente no estaba madura, no habría resistido al mundo sola. Y ahora en versión más grande, que no me preguntaron si quería comenzar una nueva vida, si bien agradezco y entiendo esos 44 años, siento que podría sumar, vivir otros 44 más contigo, con ustedes, sin problema  ¿Para qué tanta independencia?

Me duele pensar en todas esas cosas que no podrás hacer, que no veremos, haremos juntas. Ocurre que la eternidad sin ti, sin mi papá, sin las mascotitas queridas, es demasiado larga, lejana, es injusto quedarse sin ustedes, sin ti, me embarga el apretuje de estómago y de pronto la vida no tiene ningún valor, sentido, peso, no tengo ganas de nada, tan solo de comerme mil chocolates y explotar, estallar, morirme. Irme, encontrarte, encontrarlos y estar con ustedes nuevamente.

Tengo miedo, susto, pánico, no quiero, no quiero, no quiero.
Siento que el mundo entero se cae sobre mi y su peso no lo puedo levantar.
De pronto el sentido de todo, desapareció.
Ir, venir, viajar, volver, estar, no estarlo, ser, no serlo, nada, nada, importa ni un poquito.
Sin abrazos, demostraciones físicas y sin embargo necesito, me falta, tu presencia, escencia paseándose por la casa, hazte presente, aparécete, háblame, interviene mis sueños, guíame desde allá donde quiera que estés, dime qué hacer, para dónde ir. Ayúdame por favor!!

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