domingo, 25 de mayo de 2014

Extrañar

Cuanto más se acercaba la fecha de aniversario,
más extraño se siente el ambiente, 
un apretuje en el estómago, un desasón, 
comenzar a sentir que nada tiene demasiado sentido, color.

Así me pasa ahora,
cada nuevo 26,
la semana previa a ello,
todo se torna gris
y el instinto obliga,
encapsularse.

El deseo de no estar con nadie,
la soledad como única compañera,
aquella soledad que habla,
que sin música, 
el sonido susurra en tus oídos.

La necesidad de soledad, 
silencio, calma, 
reencontrarse consigo misma,
con los pensamientos, 
aquellos que guardamos o escondemos
y que ahora afloran
y que provocan lágrimas...
quizás lo que queremos es que las lágrimas nos contengan,
que broten como la lluvia,
que limpien el alma, las penas, amarguras, carencias, el vacio, el dolor.

Pero es una situación inexplicable,
que los externos toman como depresión,
preocupación de una persona tornándose a gris,
como si extrañar a los que no están fuera un pecado,
como si el querer quedarse extrañando fuera algo malo,
que no todos puedan conectarse con sus muertos,
a quienes se extraña,
no necesariamente para reunirse con ellos,
aunque a veces si se quiera uno ir...
pero pareciera que el estar apagado,
sin energía
y además, no querer buscarla,
fuera un pecado.

Todos aquellos que pullan mi acción,
¿serán los que no pueden conectarse consigo mismos?,
¿que le temen a la soledad?,
¿al silencio de las voces internas?,
¿a escucharlas, entenderlas?
y actuar...

Todos giramos en torno a nuestros egos,
por mi parte, desde el ego triste que suma cada que se acerca un nuevo 26 de tu partida,
porque tengo pena,
porque me sobran culpas,
porque ahora que ya no estás,
descubro que la vida no era mejor sin ti,
que no iban a sucederse mejores cosas, personas, momentos.

Ahora sé que la vida que teníamos en común, 
era más que buena,
porque nos queríamos,
pese a mis enojos, a mis irritables momentos eternos en los que no me soportaba ni yo,
ahora pasa igual, no mejora sino que aumenta,
ahora descubro que siempre de los siempres jamases el problema era yo,
la insatisfecha,
amargada, gruñona, culpando calladamente al mundo por mi suerte...
como si ahora hubiera mejorado,
como si algo hubiera cambiado más allá de constatar que tenerte a mi lado era lo mejor, mil veces lo mejor que me había pasado.

Si siempre fuimos Los Locos Adams,
¿que importaba convertirme en tu marido?
tu compañera de vida,
la que te conectaba parlanchina y extrovertidamente con el mundo exterior,
eso pensaba,
que era el conecte tuyo con el exterior
y ahora descubrimos que siempre, siempre, fuiste tu y nadie más que tu, la que mantenía unida esta familia que no se pega ni con moco.
Que sin tus llamadas nocturnas a tus hijos, nietas,
nada, nada funcionaba,
no nos veriamos como no lo hacemos ahora,
no existiría vinculo, como casi no ocurre ahora.

Tu eras el verdadero motor de la familia,
la que alejada del ego,
de la vanidad,
siempre generosa, auntentica y realmente generosa,
abrías tu corazón para otros, para dar, regalar, buscar, arreglar, solucionar, dar, dar, dar,
sin tus desvalorizados movimientos,
hace años que no podríamos hacer gargaras de familia,
hace años que no nos veríamos hermanas, hermanos, primos, sobrinos
y aunque no me importaría dejar de verlos,
en tu ausencia,
valoro enormemente la generosidad de tu acción.

Extraño esa vida buena,
extraño tu compañía,
porque hoy, 
nada, absolutamente nada es mejor o más grande o espectacular,
tan solo algunos matices han variado,
muchos de ellos a tonalidades grises,
porque descubrí en tu ausencia,
que las dos personificabamos una pareja irregular pero equilibrada.

Extraño tener a quién comprarle galletas Laura R,
extraño que me tomes la mano,
que veamos TV juntitas en tu pieza,
aunque el aire está lleno de ti,
la casa impregnada de ti,
la ausencia física me hace tanta falta,
mi abuelita de batman,
la de la bata morada.


Agradezco soñarte,
pero francamente y qué le vamos hacer,
el cuerpo, 
la persona, 
mi mamá, 
tus manitas calientitas, de dedos largos y delgados, las uñas perfectas, 
los ojitos con lagañas, traerte pecaditos, compartir momentos....
eso que no se repetirá
y que está en la memoria, 
en el corazón, 
ESO ES LO QUE EXTRAÑO,
extraño tanto, tantisimo....

Y que provoca en los previos al 26
y el mismo día,
que una se sienta que no hay espacio, rincón, lugar, momento,
para encontrar la paz,
el centro, horizonte,
el sentido de la vida.

El sin sentido de la vida lo domina todo
y es entonces, que pensamientos nada alentadores se cruzan por mi mente,
pero siempre courre algo tremendamente terrible,
que te (me) mete en cintura
y te (me) enseñan que no se puede jugar con eso,
que si lo haces sale y vale y sino déjalo pasar.

Lo que no quita que de todas maneras te extrañe muchísimo!!

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