viernes, 2 de septiembre de 2011

Salvación.

Del mismo cielo cayó la solución perfecta,
ya no tengo que esperar,
ni tu olvido,
menos desprecio o decepción.


Alguien desde el cielo,
quizás mi ángel de la guarda, gatito consentido,
salvaguardó el espiritu,
lejana a la depresión, insatisfacción.

Porque soy débil cuando estoy a tu lado,
y pierdo el control sobre mi,
entonces pues, aprovecho esta distracción celestial,
para salvar mi cachiporriado corazón.

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