viernes, 26 de febrero de 2016

Un 26 de febrero y de julio.


Tuvieron que pasar varios meses,
para que cayera en cuentas que ustedes, mis queridos,
habían partido el mismo día.

¿Por qué será que ocurren casualidades así?
¿Serán realmente casualidades?
Y es así como un viernes como el de cada uno,
de febrero para mi Gogo,
de julio para mi mamita,
se marcharon.

Uno hace seis años,
la otra hace tres
y hoy por esos casos raros, situaciones especiales de la vida,
la vida, la misma vida, los vuelve a reunir, nos vuelve a reunir a los tres en este día.

Los amo,
los extraño,
la falta estará siempre presente,
la ausencia,
lo que no siguió sumando,
siempre, siempre latiendo dentro del corazón.

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