lunes, 16 de junio de 2014

Orfandad!

Anoche de regreso a casa por avenida Salvador,
volví a sentir aquel escalofrío de cuando llegamos a Chile,
la sensación de llegar a un país con dictadura,
cubierto de una tremenda pena, injusticia, dolor,
la desconfianza, el gris, la neblina, el frío,
la frialdad de la gente, 
pero que al menos yo, sentía que todo no podía ser mucho peor, porque contaba con la protección de mis padres, en aquella ciudad hostil pero junto a ellos.

Y ahora que ellos no están
y la ciudad sigue de alguna forma manteniendo el gris, la neblina, el frío,
la sensación de orfandad,
de no ser parte de aquí aumente, aumenta.

Inmediatamente los pensamientos me trasportaron a Guadalajara, Ciudad de México, Buenos Aires y sentí que en cualquiera de esos lugares no sentiría escalofríos,
porque por alguna razón que no logro decifrar,
quizás por lo obvia,
ni en Guadalajara, ni en Ciudad de México (lo probaré en agosto cuando vaya a Buenos Aires),
me sentí huerfana, sola, desorientada.

Siempre y más ahora que regresé,
volver cuando ni mi mamá, menos mi papá están junto a nosotros
y sin embargo los sentía tan cerquita mío,
volando en el aire,
protegiendo, acogiendo cada uno de mis pasos.

Y en cambio aquí en su país, su ciudad, su casa,
la atmosfera de abandono,
desorientación, soledad, frío, niebla, gris,
es tan grande, elocuente, abrazadora, que hace temblar.

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