martes, 28 de enero de 2014

Pide al tiempo que vuelva.....

Hace algún tiempo atrás, perdí varios minutos de mi vida y neuronas por lo demás, pensando y fraguando la forma ideal para poder auto hechizarme y lograr si bien no volver el tiempo atrás, al menos quedar atrapada sin poder cambiar nada, aunque todo sonara con la mayor frialdad, pero los fines son nobles como lo es el amor.... y lograra como en la película que vierámos de chica junto a mi papá "Pide al tiempo que vuelva", viajar hasta el lugar añorado.

Las reglas son claras: "si viajas no lleves contigo nada que te ate al lugar en el que estás. Deberás despojarte de todo objeto, recuerdo, nostalgia, pensamiento. Viajar libre, liberado, liviano como pluma". En este caso en particular, digamos que nadie sabe que mi lugar de origen es México y que por tanto, llevaré la maleta cargada de nostalgias, recuerdos, monedas y billetes viejos y actuales, todo pretexto de acelerar, obligar, que el hechizo se lleve a cabo y la vida o el Supremo decida dejarme por siempre jamás en México.

Al revés del argumento de la película, que el chico viaja en el tiempo con rumbo al siglo XIX para encontrarse con cierta misteriosa mujer, de la cual vio una fotografia en casa de una señora mayor, con quien se topo de forma casual un día cualquiera y que quedó flechado con el rostro de la joven de la fotografía. Se encuentran y viven su amor en plenitud, hasta que casual y madlitamente ocurre que el muy tonto de Christopher Reeve ( el protagonista de la cinta), llevaba en el bolsillo, sin darse cuenta, una moneda de dólar del siglo XX y dale que en ese preciso instante el tiempo, implacable, como trueno, rayo y centella tras hacer !pum, pam, pin, plop, pop! lo arrastra hasta su lugar de origen, dejándolo solo, triste y atormentado por siempre, ya que no logra revertir los hechos y regresar en el tiempo nunca jamás.

Lo que me pasó fue que en el proceso de pensar el cómo deshacerme de todo lo que fuera chileno, fui concluyendo que lamentable o no, mi piel tenía tantas influencias de aire, agua, mar, sol, contaminación, de México como de Chile; así como también mi ropa, mi mente, aunque no toda mi música; si gran parte de mi vocabulario aunque no falta el que agudiza el oído y descubre un cierto no sé qué, que quizás me distinga sobre el resto y no parezca totalmente lo que soy........ pero en esencia, en el despojarme de todo lo de aquí, para llegar más que virgen para allá, sufrí la constatación del tiempo recorrido, la vida construida (para bien o para mal, querida o no) y que por tanto, si fuera por seguir las reglas al pie de la letra, tenía más posibilidades de perder que de lo contrario. Más que mal, aunque me pese, diga misa, trate de sacudirme todo lo que no me gusta, soy tanto de aquí como de allá y en el cuerpo, piel, alma, corazón, pensamientos, gustos, esencia, llevo un 50 y 50 a donde quiera que vaya.

Quizás terminaría diciendo que tal descubrimiento "me cagó", pero la vida de una u otra forma cuando tienes la posibilidad de darte cuenta, hace cosas a escondidas, unas veces cosas muy  malas, otras no tanto, que final de cuentas sirven, si es que sirven realmente, para que nos demos cuenta que en vez de estar tratando de alcanzar el hilo invisble de aquel cometa luminoso y brillante, que creemos que seguramente al tocarlo, lacearlo, nos llevara, conducirá, hasta donde está la verdadera vida, la real, la que queremos, la maravillosa y hermosa, la sin problemas, dolores, mucho amor, es decir, el ideal de existencia que por lo general, sin ánimo de pecar de negativa, no existe y que mejor será querer el mundo que has construido.

Para hacerlo experiencia, en el tiempo que me debatía tratando de zafarme de todo aquello que me atara a este país, del cual llevo 27 años tratando de escapar, mi madre amada, hermosa, buena y mamá finalmente, murió un 26 de julio del 2013 dejándome estupefacta, tristisima, con un vació que ni en dos millones de vidas podré llenar y con una sensación que en fin de cuentas, ya para qué tratar de perseguir sueños, anhelos, esperanzas, si al final o al menos en el final de este episodio, perdí a una de las personas que mas quería y sin ella, en su ausencia, de pronto y todavía, todo, todo, todo, dejo de tener sentido, razón, color, olor, horizonte.........

Y sin embargo, mañana viajo a México, tengo ganas, esperanzas, ilusiones, de encontrarme con todos los amigos de allá, de esos años, de la vida linda que vivimos como familia, con mi papito, mi mamá, mis hermanas, mascotas, viajes, un par de veces al año junto a mis amados abuelos paternos... recorrer esas calles en las que vivimos, caminamos, nos tapamos con sus árboles añosos, frondosos, coloridos, hermosos. Las comidas, los aromas, las hermosas personas que habitaron la vida en esos tiempos.
No sé que me depare el destino, estoy abierta, libre cuasi como pluma y ya les contaré si logré hechizarme o no.

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