martes, 25 de octubre de 2011

Rompiendo el corazón.

Diversas formas hay para romper el corazón,
los que practican esta actividad como deporte, sabrán mejor cuán creativo puede llegar a ser alguien con tal de alcanzar sus cruentos objetivos.

Anoche no sólo me rompiste el corazón, sino que la paciencia, el aguante, las ganas,
algo en mi interior avisaba desde hacía rato, que las cosas no saldrían,
a saber los por qué,
sobre todo porque la última vez fue tan especial y agradable,
¿será que veo cosas que no son?
Al menos tengo una última vez para atesorar en el baúl de los recuerdos perdidos.

Lamento más que tú, seguramente,
que todo concluya así,
porque en verdad de las sinceridades yo quería intensamente TODO CONTIGO,
nunca te odiaré porque no está en mi naturaleza
y porque en realidad te quiero mucho, me simpatizas profundamente 
y todavía (espero que cada vez menos) me pasan cosas fuertes cada que te veo, que te huelo, que te tengo lejanamente cerca.

Así nomás la vida,
como cuando se mueren las personas queridas,
y uno se queda aquí, presa de tristeza, de vacio y sin saber que movimiento dar,
más bien deseando que la tierra se abra justo en el radio en el que estás
para caer en las profundidades del universo-inverso.


Volveré contenta y radiante a mi vida anterior,
sin amor, porque ya parece que es una constante,
no con ese amor que quería tener contigo,
sino que con los otros,
los paralelos que en su calidad se mantienen firmes y sinceros, además de tocantes, acariciables, amables, deseables.

Sólo le pido a la galaxia de estrellas fugaces, de lluvia de estrellas, de dósis perfectas,
te arranque prontamente de mi corazón, del alma y de todos los pensamientos habidos y por nacer.
Quiero la luminosidad de mi vida, de vuelta, ahora!!!

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