sábado, 17 de julio de 2010

Felicidad.

Pienso y siento desde hace un tiempo,
que ya no soy feliz,
y en mi intensidad propia,
que no lo seré nunca más.

Desde que mi Gogo se fue,
la vida se transformo en algo muy diferente a lo que yo quería,
en lo que yo creía,
realmente desde el fondo de mis certezas,
y en lo hondo de esas cosas que no se dicen para no herir,
para no hacerlas voz,
hasta para no escucharlas -demasiado-,
siento que el dolor profundo e intenso por la partida de mi Gogo,
fue y es tan fuerte, me duele tanto,
que me impide ser feliz totalmente.

No sé si existan quién sea feliz totalmente,
pero sé que antes lo era masomenos, al menos,
por lo menos sé aunque no me sirva de consuelo, que amé profunda y totalmente a mi Gogo y que fui feliz todo el tiempo que lo tuve, que estuvimos, que nos tuvimos,
pero ahora,
en medio de esta pena honda, de este dolor profundo que no cesa, de esta ausencia que siento siempre, siempre, me doy cuenta que no soy feliz. Que la felicidad es un privilegio al cual no tengo acceso, porque siempre estoy mas bien al filo de la pena. Porque yo era tremendamente feliz, plena, entera, mientras tuve a mi Gogo. Él era mi compañía fiel, mi mejor amigo, mi dulce compañía, mi amor mas lindo, más sincero..... y ahora sin él no tengo nada de lo anterior. Ahora tengo un vacio que pesa y que se agranda.

Un vacio y una soledad inmensa,
de esas que no se llenan facilmente,
de esas que enfrian la vida, el alma, la existencia, los pensamientos, los proyectos, planes, esperanzas. De las soledades que te dejan de pronto, sin objetivos por alcanzar.
Justo ahora que las cosas de la vida se abren y me permiten concretar mis sueños tan ansiados, como volver a México, no lo tengo a mi lado para irme y comenzar junto a él la vida que tanto he esperado armar. Aunque de todas formas lo haré por él y por mí, por la esperanza que quizás allá pueda encontrar un poquito de la felicidad esquiva. Pero vaya que todo hubiera sido impresionantemente maravilloso si hubiera vuelto con mi Gogo....

La vida entera era distinta, luminosa,
se vivía, olía distinta y hermosa,
porque estas tu cuando llegaba a la casa,
porque me recibias con tanto cariño,
porque siempre estabas,
siempre me acompañabas,
compartíamos el calorcito de las estufas en invierno,
del solecito en verano, te me acurrucabas y era la gloria, te dejabas tratar como mi bebé y era una poesía, eras hermoso, el mas lindo de todos los Gogos del mundo y eras mío, mi compañero, mi constante compañero....

Y ahora no te tengo.

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