lunes, 1 de septiembre de 2014

Por hacer.

La noche, silencio y oscuridad,
iluminaron el desasosiego corazón nostálgico,
enseñándole otras formas de enfrentar la tristeza,
aquello que pareciera ser el destino,
la suerte aunque suene terrible,
descubrir otros colores,
formas, caminos,
para encausar la vida,
impidiendo colgarse de lo más obvio: lo que no se tiene.

No más,
ni lástima, pena, compasión,
la vida ha sido así siempre,
siempre en lo que va de mi camino
y si hemos encontrado maneras de continuar,
volveremos a atraparlas,
guardar el doloso sentimiento en el baúl de los olvidos,
que no se vuelva abrir en mucho, mucho tiempo.

Duele vaya que duele,
pero no queremos escarbar ese dolor,
dejar que nos consuma,
porque no tiene respuestas.

Volveremos a encaminarnos en una ruta más alegre,
siempre la habrá mientras el optimismo
o la negación a vivir en la oscuridad de un dolor contenido,
un algo desconocido que se extraña, pese a que no se conoce.

No hemos logrado cerrar la compuerta,
que impide entren los sentimientos,
las luces, estrellas fugaces,
pero si sabemos esconderlas o guardarlas en el baúl aquel
y permitirnos continuar, vivir,
vivir con lo conocido y querido.

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