lunes, 3 de agosto de 2009

1 año y 4 meses.

Querido Papá,

La otra noche me desvelé pensando en la muerte.
Y es que desde que te fuiste y constaté esta cosa de las pèrdidas eternas a por los seres amados, que no he podido dejar de sentir la fragilidad de la vida.
Bien sé que en este mundillo estuviste por 83 años y eso de frágil vida, no tiene nada.
Pero qué le hacemos, te fuiste cuando todavía no cumplía 40 años y me siento todavía muy desvalida y desde ahí con un respeto absoluto a por la vida, a vivirla, a estar.


Recuerdo que cuando chica, en México, sufría constantemente estremecimientos estomacales a por la muerte, desde la maldita vez que no sé cómo me vine a enterar que el paso de los humanoides por la tierra era "por tiempo limitado", la sensación de "no estar", desaparecer, dejar de ser, no ser más......... me apretaba las tripas. Sobre todo porque sentía que la primera en irse sería yo y que no los vería nunca mas y esa sensación de "éste cuerpo con carne, huesos, ojos, manos, ya no estaría mas", me aterraba.

Pero pasaron los años y supongo que oculte ese temor, a través de excusas como "yo no me voy a morir nunca", porque "yo soy especial y distinta" o quien sabe que justificaciones me di, el tema es que ni con la dolorosa muerte de los abuelos, ni con la del Andrés (primo), ni con la cantidad de personas queridas que se han ido, volví a sentir la fragilidad de estar y de pronto "no estar". Hasta que te fuiste tú.


El otro día, Rolando me decía que eso es normal porque claro, tú eras nada menos que mi pairecito ensoñado, que por mucho que nos llevaramos de la tiznada, que nos dijeramos la posición que ocupariamos en el ataúd y otras barbaridades, nos queriamos, nos queriamos mucho y nos encontrabamos totalmente iguales y quizás ese recontra parecido te sacaba de quicio y a mi me ponia loca de ser tan loca como tú, pero............... para que luchar contra la corriente?.


El tema es que desde que te fuiste, no he dejado de patentar aquella fragilidad
y no sé a veces cansada de tanta mierda, casi siento un alivio al pensar que quizás el respeto, es porque la proxima en irse al hoyo, vendria a ser yo.
Quien sabe.

El tema es que mientras espero la decision del maximo,sigo constatando vida y tratando en lo posible de respetarla, de sumar todos los detalles que parecen invisibles y que para mi son totalmente "señaleticas", los encuentros cercanos con seres lejanos, el re encuentro ensoñadamente maravillos con Antonio y nuestra cofradia de los "hermanos por siempre", las ganas inmensas cada día mas, de volver a México, los amigos de tu pasado que tocan mi puerta y abren mundos maravillosos donde vas elevandote en la figura de la mejor persona posible: MEG Gongora, el profe Ramirez, tus alumnos varios, la Ale, etc.,


Ahora me paseo por la libreria Universitaria y casi siento que vas conmigo, qué decir cuando estoy en el archivo, cuando llego cada mañana y miro el frontis de la casa central de la Chile, no te voy a decir que desde que no estas, ensoño Santiago, porque tanto milagro todavía no, pero... o cuando alumnos tuyos me reconocen y hacen alabanzas maravillosas por ti, como Cristian Canales, Claudio Astudillo, es tan especial revivirte cada instante entre personas que no conocia y que han guardado un cariño y recuerdo tan, tan, grande y especial como Antonio, Armando, Joselo, como todos, todos los que tuvieron el placer de conocer tu humanidad, calidez, solidaridad, amistad, generosidad y no sigo porque parece campaña politica.


Y aquí estamos en este Agosto, que sumó sábado 1º igual que áquel de hace tantos años, y después vendrán las fechas agostianas que me unen tanto, tanto a ti
aunque no lo sepas
aunque no te lo contara nunca.
Te quiero todos los días de mi vida viva y de la otra también: MUCHO, MUCHO, MUCHO.



Foto: Andrés Orrego Matte y Marta Orrego Matte. Europa 1938.

No hay comentarios.: