viernes, 22 de febrero de 2008

DIARIO DE VIAJE: Lluvia en Buenos Aires







Finalmente ocurrió lo que todo Buenos Aires ansiaba........... LA LLUVIA.
Hemos pasado toooda la semana en la espera impaciente de este momento, que la lluvia maravillosa y mágica aliviara nuestras almas, nuestros espiritus, vaciara el calor sofocante, el sudar y sudar hasta por no moverse y despejara el aire.
De hecho desde el lunes que arribe a tierras porteñas, que están anunciando lluvia, lluvia, lluvia y pues aquí estamos con que nos hemos tenido que sudar y empapar y tomar agua como malos de la cabeza, durante 5 días, para que al fin la LLUVIA se dignara caer.


Anoche por ejemplo el cielo ya anunciaba que algo pasaría. Fue la primera noche agradable de dormir, la primera en que una leve brisa se dejaba entrever por la ventana, debajo de las sábanas, entre la ropa y el cuerpo. Con la cabeza recostada sobre la almohada y ésta sobre la ventana, es que logre conciliar el sueño. El aire corría, las hojas del plátano se movían, se respiraba un aire distinto.
Y hoy con el consabido pidulle que me caracteriza, salte rauda de la cama para lograr, al fin, copiar llaves para mi. Me di vueltas por aquí y por allá hasta dar con el local, el cielo estaba oscuro, la ciudad parecía que recién amanecía y con la novedad que eran 10:45 de la mañana. Finalmente con el juego de llaves "nuevas" en mano, decidi vagar un poco mas por los alrededores antes de volver al depto, donde me esperaban PALOMA, DARIO y PENELOPE quienes la noche anterior habían salido de pachanga y seguro que estarían abrazados a morfeo.
Así que camine por aquí y por allá hasta que mis pasos me llevaron a la sociedad de consumo en pleno: el JUMBO, quería ver si ahí cambiaban dólares (dinero y llaves han sido mis live motive) y mientras veía aceites de oliva extra virgen, pasta de jengibre y otros, de pronto la LLUVIA se dejo sonar en el techo del super y rauda deje cualquier cosa que tuviera en mente y salí a contemplar la LLUVIA.


Y contemplar es ser modesta, porque en realidad mis objetivos eran mojarme hasta llegar a la casa, convertida en una sopa. De hecho quería comparar el grado de agua lluvia que tiene Baires, con Santiago y con México......
Y es que tengo que patentar que Ciudad de México y Buenos Aires son tremendamente parecidos, aunque a los porteños tal comparacion no les venga en gracia, porque ven en menos a los mexicanos y los mexicanos tampoco les resulta llamativa la comparacion porque como que odian un poco a los argentinos. Pero yo, como soy neutral, puedo decir que tras vivir 12 años en México y haber cruzado la cordillera 4 veces con rumbo a Baires en distintas epocas del año............ puedo decir que estas dos ciudades tienen mucho en común.

Por lo menos para mi corazón nostálgico que vive en busca de su México infantil, con sus añoranzas por los mejores tiempos, por México, por todo lo que huela o tenga que ver con México. Y entre la hermosa arquitectura y entre el ancho de las avenidas, de los caserones, del tamaño de las veredas, de lo ajadas de éstas, de sus árboles grandes, de que las llamen "barrio" y no comuna, que la gente te diga "salud" cuando estornudas, que te saluden por la calle al pasar, que te despidas amablemente del taxista, que el metro, que los colectivos, que la ciudad este todo el rato llena de gente.
Si no fuera porque mil cosas, creo que en busca de mi amado México......... podría venirme a vivir a Buenos Aires y las añoranzas sucumbirían o yo moriría inmersa en el sueño posible de haber alcanzado a mi hermoso país al fin.

El punto es que en el tema LLUVIA, también nos parecemos mucho.
Me acuerdo cuando fui a México en el 2005 en pleno verano de los países del norte y mientras mas calor hacía, mas el cielo parecía que se rompería sobre nuestras cabezas, mientras mas humedad, mientras mas sudar y sudar...............mas maravillosa LLUVIA caía y siempre, siempre la colombita ensoñada bajo ella mojándose a granel.
Y así ocurrió esta mañana. Así fue como me encontré con la LLUVIA afuera del Jumbo y mientras la gente entre contenta porque se refrescaría el aire, pero alelada, entumecida, miraban la lluvia caer pero bajo techo..........colombita ensoñada, raudamente partió bajo la lluvia.
Y es que no era cualquier lluvia, era una copiosa, constante, fuerte, con viento, constante que te impedía ver bien, tenías que tallarte los ojos de tanto en tanto cual limpia parabrisas para que la vista fuera posible y pudieras avanzar.


Las calles eran ríos cuesta abajo la rodada, con corriente, con hojas de árboles, con la suciedad de tierra acumulada y autos y mucho viento y los automovilistas que no tienen mucho respeto por los peatones (igual que en México), entonces había que capear la corriente de agua por las orillas de la calle, capear a los automovilistas asesinos y además la lluvia que no cesaba de caer.
Maravilloso.
A las tres cuadras andadas toda mi humanidad era una sopa, tenía hasta los calzones mojados, las chalas se me salían de los pies, tenía como ganas de mandarlos a la mierda y caminar a pata pelada, pero es que en las veredas hay alfombras de mojones de lindos perritos que nadie recoge y la neta, surfear al son del mojón todavía no es un deporte que me tiente practicar.

Asi que medio surfeando en las baldosas de las veredas, medio entre mojón y mojón continúe caminando hacia la casa y era realmente LA MAS CONTENTA DE LAS MORTALES, la única que caminaba irresponsablemente bajo la lluvia, quedando como sopa, con los zapatos que me sobraban, con la ropa que estilaba y con toda la felicidad del mundo.
Para mi excelente buena fortuna, las llaves recién hechas calzaban perfectamente con la cerradura de la portería y con la de la puerta del depto., así que continúe camino hasta el fin de la casa, dícese mi pieza, que esta del verbo en el patio del platanar. Una estancia preciosa de dos ambientes separados en dos pisos: arriba mi hermosa cama con ventanita al platanar y abajo otra camita y escritorio de Paloma con computador (en el que escribo) e internet y todo.


Asi que tratando de que no todos en casa, se enteraran de lo feliz que estaba, parti rauda a mi pieza, me saque toda la ropa empapada y me metí a bañar mientras afuera no solo lluvia gozábamos sino que también rica tormenta eléctrica.
Realmente con detalles como estos, es que la vida vale tanto la pena vivirla, gozarla, amarla, disfrutarla, olerla, mojársela. !!!!!!Gracias divinas!!!!!! por concederme cada uno de mis petitorios vacacionales querida vidita.

No hay comentarios.: