sábado, 28 de enero de 2017

Fallar.

No puedo sacar de mi mente la idea que les fallé,
a ti mamita y a ti papito,
después de tanto pedirle a Diosito que me dejara morir antes que ustedes,
ya que sin ustedes a mi lado la vida sería tan gris, tan triste,
y sin embargo sucedió que se fueron y me quedé,
me quedé sola porque comprendí que ustedes se habían convertido,
por las razones que fueran,
en mi vida, en la única razón, motor de vida.

Por alguna razón de tanto en tanto, vuelvo a sentir un vacio hondo, una pena profunda, un dolor en el pecho, como aquel que sentía cuando chica, cuando pensaba en la muerte, en ese negro que teñia toda mi vida y en el que no estaban ustedes.

Ese vacio que daba la idea de su ausencia
y que finalmente hoy estoy viviendo,
además de la culpas por sentir que después de tanto pedir estar a su lado,
mientras me era concedida la solicitud,
no estuve a la altura de las circunstancias,
no fui quien debi ser.

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