de espíritu,
ausencia por tanto tiempo añorado,
una vida, destino, suerte, circunstancia,
así lo ha querido.
No es de mi esencia,
la porfía,
si incluye chocar una y mil veces contra el muro,
mejor será cuando la ensoñación se apodera de la existencia.
Cada cierto tiempo vuelve la sensación,
extraña,
apoderándose de la mente,
de sentirse fuera de todo,
del todo distintos a mí.
Sin ser ermitaña,
más bien fuerte, sólida,
vivir en su mundo propio,
y a pesar de todo,
cada tanto vuelve,
ese malestar,
sensación del ajeno llamando.
Sensación de ser pero no estar,
vivir distinto y lejano,
a todo, todos,
donde cualquier rayo de luz,
por tenue que sea,
evoca un brillante día por descubrir,
un sentido al corazón,
alejar los malos sentimientos,
en color gris, opacos,
porque tal vez,
algo, alguien, algo,
encontró la esencia y desapareció lo invisible.
Necesidad de volver atrás,
restaurar la irrealidad,
sin mediar que sólo es ensoñación,
otra vida, otros sueños, visiones, esencias,
mil veces rememorar,
borrando lo malo
y que sólo quede lo que mis ojos de corazón quieren mirar.
Presa de pasados,
queriendo y no al mundo,
esperando y no lo soñado
y jamás alcanzado.
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