Luciano Kulczewski. Hombre más
maravilloso, hermoso, esos ojos tan poéticos, ese cuerpecito delgado, de
apariencia frágil y en realidad todo lo contrario. Las maravillas
arquitectónicas que nos dió, que goza este país, ciego para apreciar la
verdadera belleza. Las denominadas "viviendas sociales" como las de
calle Keller (casi a la vuelta de mi casa) unas poesías en movimiento,
con detalles únicos, esplendidos, elegantes, interesantes, máximos.
Por suerte todavía quedan algunas de sus casas, poblaciones, edificios, el colegio de arquitectos, el caserón de piedra en Lastarria, las de Merced, para continuar ensoñando, admirando y suspirando.
Kulczewski, un hombre de principio del siglo XX, que tuvo el mundo chileno en sus manos para crear, construir y hermosear. Un revolucionario de la edificación, rompiendo esquemas, tradiciones, conservadurismos. Inserto hasta el tuetano en su país, en la realidad de éste, queriendo dar vivienda digna a los trabajadores. Gracias a este magno caballero, de vez en mes surgen instantes de orgullo y pertenencia por este país. Gracias concebidas a Pablo Berthelon por su máximo programa en ARTV. Deberían verlo naquetes.
Por suerte todavía quedan algunas de sus casas, poblaciones, edificios, el colegio de arquitectos, el caserón de piedra en Lastarria, las de Merced, para continuar ensoñando, admirando y suspirando.
Kulczewski, un hombre de principio del siglo XX, que tuvo el mundo chileno en sus manos para crear, construir y hermosear. Un revolucionario de la edificación, rompiendo esquemas, tradiciones, conservadurismos. Inserto hasta el tuetano en su país, en la realidad de éste, queriendo dar vivienda digna a los trabajadores. Gracias a este magno caballero, de vez en mes surgen instantes de orgullo y pertenencia por este país. Gracias concebidas a Pablo Berthelon por su máximo programa en ARTV. Deberían verlo naquetes.
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