¿Qué
hacer?
No
puedo contra lo que siento,
por
más que distraiga, confunda, enrede mis sentimientos,
estás
siempre presente.
Ayer
descubrí las bondades curativas de este amor - amistoso,
que
existe en un presente - ausente,
de
aquí, como ayer sábado,
como
hoy domingo,
como
siempre, siempre.
En
el que sin esperar nada,
ocurre
que me sonríes y me derrito,
iluminas
mi vida,
aunque
pasen semanas sin vernos,
te
llevo en el aire,
en
las ensoñaciones, en los pensamientos y que al dormir,
te
llevan hasta mis sueños.
¿Cómo?
Es
simple, cierro los ojos y vuelvo a verte,
a
sentir ese aroma que llevas en la ropa
y
si me abrazas, un poquito de ti se queda conmigo a donde vaya.
Memoriándote
te amo,
recordándote
te enamoro,
amor,
amore, amor,
mirándote
a los ojos más te amo y enamoro,
si
me abrazas, me estremezco,
si
me das un beso, la sensación de pieles, la tuya cálida, la mía estremecida,
volando
me voy en las nubes junto a tu aroma,
me
matas de amor,
las
horas futuras quedan llenas de ti,
para
recordarte, extrañarte, memoriarte y nostalgiarte...
No
te asustes,
no
espero nada de ti
porque
en días como ayer,
tu
presencia, el abrazo, la sonrisa, el beso,
invaden
los hoy, ahora, mañana, muchos más mañanas más.
Porque
siempre estás en mi,
te
llevo en el corazón cada que late,
en
los recuerdos por lo vivido,
en
la esperanza de un próximo encuentro,
junto
a la imaginación que se acelera al pensarte,
ya
sea de día, de tarde o en la noche para soñarte.
Gracias
por conocerte,
alegrarme
y llenarme la existencia de vida,
energía
y creatividad,
escribir
y escribir.
Mientras
seguiré escribiendo, pensándote,
cantando, bailando,
que
existas, que
te amo, que te enamoro....