Más de una vez es morboso este jugueteo de vida,
jugueteo que me
encuentro con él pero no lo pienso,
más bien niego su
existencia de mi mente,
de las palpitaciones,
de pensar si es guapo o
no,
si es alto no, si me gusta o no,
no pensar nada.
Dejar en silencio,
ni siquiera escondido en algún lugar de mi mente,
no pensar en la revisión
física -silenciosa- y minuciosa que le realicé,
instantes multiplicados
por sublimes
y sin embargo efímeros: su blusa cuadrillé azul marino con
blanco,
de manga tres cuarto,
el bolso negro cruzado sobre el hombro
izquierdo,
lentes, lentes, usa lentes, lentes, lentes.....
no lo vi tan
alto,
no me pareció que fuera tan alto,
con su pelo canoso,
esos ojos
azules en combinación con su cara pálida,
la barba canosa ídems,
no me pareció tan alto,
alcancé a mirarlo a los ojos bajo los lentes de sus anteojos, usa lentes.
No puede gustarme más
y sin embargo tengo que anular su imagen,
de mi mente,
lo que
me provocó, todo, todo,
de las ideas que la mente suele
hacer siempre....
no puedo si quiera pensar,
menos decir, menos nada,
que me gusta bastante.
Encontrar un parecido cercano,
algo, alguien, algo
y simplemente,
ahora que lo he visto tan de cerca,
lo encuentro parecido a él simplemente
y con cada
encuentro que espero
(una parte de mi)
no volver a verlo más
(mientras
que la otra)
lo que más quisiera es que él supiera que yo existo,
que
existo,
soy existo,
soy, soy, quien soy ¿quien soy?
La que te mira
cuando me topo contigo a pesar que había logrado sacarte completamente
de mis pensamientos....